Caía la oscuridad, la noche
abrazaba el agonizante día de mi jornada, su fuerza y negrura inspiraba mi melancolía
que al lado de un café muy insípido me transportaba a un mundo aun mas
triste, donde mis lagrimas buscan
consuelo al caer cuan desastrosa bomba sobre la superficie áspera de la
realidad de mi vida, sentado sobre una silla consultando al firmamento por mi
futuro incierto, intento encontrarle sentido a mi desordenado sentir que por
estos días hace de las suyas en mis destruidas ruinas sentimentales, a veces
quisiera que esta noche tan oscura pasara rápido o que mis ojos no sintieran el
yugo de mi melancolía, así podría tener mas de cuatro horas de un sueño reparador
y placentero que tanto necesito, una suave brisa acaricia mi piel pero solo me
recuerda que algo falta a mi lado, ese algo que sabes que te reconstruirá y volverá
todo como antes, pero ese algo no aparece, y como si de un coqueto recuerdo
castigante que se pasea por tu cabeza se tratase, así su presencia me ata a mi
estatus quo de melancolía del cual no puedo salir, por tal razón un café acompaña
mi triste y desolado corazón brindándome la única compañía que necesita mi
destruido corazón.
Orimar Selasirg
No hay comentarios:
Publicar un comentario