TU RECUERDO

Todos los días es lo mismo, me despierto buscando una razón para seguir viviendo, mirando a cada pared de mi habitación esperando que se abra un portal a un mundo mejor, la tenue luz de la televisión alumbra mi afligido rostro esperando que por arte de magia mi tiempo retroceda al principio de todo; como si de un cuerpo mortuorio se tratase, mi peso corporal toma un impulso de fuerzas sin sentido para levantarme de mi lecho de muerte temporal y empezar mi día de trabajo, miro de un lado para otro intentando buscar algo pero nunca se que es, una vez mi búsqueda matutina finaliza en una amarga frustración, mi cuerpo se dirige parsimonicamente al cuarto de baño donde mi tristeza se estrella contra las paredes embaldosadas provocando un aumento de sus ondas tal y como pasa en la música, las gotas que caen de los grifos atormentan mi existencia con su sonido tan intermitente que me recuerda el suave trinar de su voz, solo el desordenado y aguerrido sonido de la ducha ahoga mi sentir sediento de su esencia volcando mi activo volcán emocional a un valle vacio y desolado, solo al salir del cuarto de baño es una bendición que se convierte en maldición a los pocos segundos de darme cuenta que su recuerdo deambula mi habitación cuan juguetona granada que explota a cada segundo que mi mente la recuerda, no opto vestirme bien por las mañanas para estar presentable ni estar acorde para mi lugar de trabajo, solo por esperar el fantasioso regreso de su vida a la mía, mi caminar refleja mi extenuante interior el cual ha logrado cruzar mi coraza tan fuertemente protegida que estaba pero que ante semejante ataque no logre retener, montado en mi compañero de viaje el cual conoce mis penas que de manera silenciosa las guarda en su tanque de melancolía esperando también en algún momento estallarlas hasta el infinito de mi imaginación, ni aun la suave brisa de la mañana regocija mi acongojado corazón, brisa que antes anhelaba sentir cada día de mi vida trayendo consigo la dulce melancolía del pasado superado, vanagloriando mi efímera seguridad, ahora esa brisa quemaba mi piel sabiendo que su acariciar es solo el fulminante recuerdo de su piel junto a la mía, solo cruzar las puertas de mi claustro diario me llena de cierta esperanza por el ajetreado que hacer que me hará olvidar temporalmente de manera inútil su visaje, ni aun cuando mis labores me llevan a universos de monotonía documental, logro desprender su color y sonido de mi lienzo y partitura que durante ocho horas llenan de color castigante mi cuerpo y de música vacilante mi alma, al salir de mi claustro mágico de aislamiento comienza nuevamente mi pandemia emocional al recordar su indiferencia que me obsequio como recuerdo, sus palabras que tatuó en mi cuerpo, sus acciones que fusiono a mi alma en un solo tornado de dolor y tristeza que me sigue cual fiel perro faldero y que tan tontamente sigo a su encuentro, provocando una colisión de quereres incompatible no gracias a mi, al llegar a la habitación de mis cuatro paredes junto a la tenue luz del televisor acompañado esta vez del pasar de carros y sirenas ambulicas que me dicen que estoy mal, sin mas apetito que el deseo por sus labios, regreso a mi dura cama de madera que con sus chirridos me castigan nuevamente y traen a mi cabeza el vivo recuerdo de nuestra unión en un mágico momento de sensaciones nuevas para mi, ese chirrido encierra miles de significados tan poco ortodoxos que dejo a mi imaginación volar y drogarse en la heroína de lo que pudo haber sido, cada programa de tv, cada sensación, cada sonido, cada voz, cada luz, cada respiro genera una similitud a lo que viví con ella por mas lejana que parezcan esas insignificancias, ni el cerrar de mis parpados me logran separar de la realidad el sueño que se cruza con mi vigilia que tan latente esta en estos días por ella, por eso mis ojos al no encontrar paz en mi oscuridad interna, continúan abiertos toda la noche y madrugada, abrigando la esperanza de volver a tenerla frente a mi, abrazando su cuerpo una vez mas antes de volver a mi lecho de muerte temporal que cada día anhelo mas, que sea eterno.

Orimar Selasirg